I believe that the future sucks and I believe that the future rocks

En la literatura abundan historias en donde dioses viven entre nosotros. Mitología,textos sagrados, novelas, y más. American Gods fue publicada en 2001 por Neil Gaiman, uno de mis autores favoritos de los últimos 5 años. Esta obra combina realismo, humor negro, fantasía, personajes entrañables (dioses y mortales). Situada cerca del cambio de siglo, en donde las reservaciones aéreas en línea y el correo electrónico se presentan como una novedad para el protagonista.

American Gods es un café sin azúcar. Fantasía adulta. Si hay una sensación permanente en esta novela es la de pérdida. De seres queridos, de identidad, de certezas. Todo enmarcado en una batalla entre dioses (¿con minúsculas?), con nuestro misterioso protagonista justo en medio de la acción. Y a pesar de todo, lo que más recuerdo es el monólogo de un personaje con pocas líneas. Samantha Black Crow es una joven impetuosa, libre y misteriosa. A dos terceras partes de la obra, a mitad de una conversación casual, nos deja esto para pensar días y días:

Dejando los audio libros aparte, creo que todos los lectores escucharíamos este monólogo en nuestras cabezas con diferentes voces y entonaciones, y coincidiendo en diferentes momentos con lo que dice Sam, con diferentes grados de certeza, alegría, desacuerdo, tristeza, esperanza. No hay una respuesta única para nuestras preguntas. No puede haberla. Lo importante para mí es: ¿Por qué creemos lo que creemos? ¿Qué hay dentro de nosotros? No esconderse de uno mismo es nunca aburrirse.

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