Quid est veritas?

Para mi, la línea más interesante de toda la Biblia es cuando Poncio Pilato pregunta a Jesús: “¿Qué es la verdad?”. Es más bien una pregunta retórica, ya que ahí es donde el Evangelista (“Juan”) termina la conversación. En mi opinión, esta frase encajaría mejor en El Discurso del Método que en La Biblia, pero what do I know.

Dice la RAE que la verdad es la conformidad de las cosas con el concepto que de ellas se forma la mente. Y pues ya empezamos mal. ¿En verdad la mente humana es capaz de formar conceptos acordes con la realidad? Sí y no. porque al parecer somos capaces de lograr interpretar los sucesos/acontecimientos/hechos naturales de manera suficientemente efectiva para lograr hacer valer nuestra voluntad sobre la misma naturaleza, o realidad, o como la queramos llamar. No porque bien podrían haber aspectos de la naturaleza que nos estén vedados. Por ejemplo, ¿cómo le podríamos explicar a un ciego de nacimiento los colores? ¿Acaso hay aspectos de la realidad para los cuales simplemente carecemos de sentidos y de artefactos auxiliares de medición? (más allá de los microscopios, ultrasonidos, espectrómetros que ya hemos desarrollado).

Esta reflexión no es de gratis. Hace unos días estaba escuchando una conversación entre Scott Adams (caricaturista, autor) y Naval Ravikant (inversionista, y reciente tweet-star), en donde el señor Ravikant nos recuerda que todo sistema formal está basado en axiomas. La clave aquí es que hasta el sistema lógico o matemático más riguroso está basado en proposiciones tan claras o evidentes que se admiten sin demostración (los axiomas). Los axiomas no pueden ser demostrados, y simplemente tenemos que creer en ellos. Qué tal. Esto me lo tuvo que enseñar Douglas Hofstadter, porque en la Preparatoria ninguno de mis maestros se tomó la molestia de hacernos ver la gravedad de esta situación.

En el Siglo de las Luces (XVII) aprendimos que la naturaleza estaba al alcance de la razón humana. En el Siglo XX (me pregunto como se le llamará en el futuro) entendimos algunas de las limitantes de nuestras capacidades cognitivas. El Teorema de la Incompletitud de Gödel y la Teoría de la Mecánica Cuántica son los dos ejemplos más claros. Gödel nos enseñó que hay proposiciones que a pesar de ser verdaderas no pueden ser lógicamente demostradas. Y la Mecánica Cuántica nos obliga a despedirnos de la física tradicional cuando analizamos el comportamiento de los átomos. Es decir, bajo sus reglas es imposible conocer la ubicación y la velocidad exactas de una partícula individual. Lo mejor que podemos hacer es estimar probabilidades. Y así es como lo hemos hecho desde 1927. Así llegamos a la Luna y así enviamos sondas fuera del Sistema Solar.

Pareciera que nos estamos topando con límites infranqueables, pero la humanidad tiene un historial bastante exitoso de expandir sus límites. Si en el futuro quebramos o reemplazamos alguno de nuestros axiomas fundamentales, que así sea, siempre y cuando mantengamos una base social en la cual las personas cuenten con la posibilidad de desarrollar su máximo potencial.


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